







El clima era muy tenso, desde las primeras horas este lunes en la iglesia de Pacairigua de Guatire donde se llevaría a cabo la misa en honor a las festividades de San Pedro.
Ya como antecedente, en las fiestas de la Cruz de Mayo, patrona de la ciudad, se había producido un impasse con oficialistas cuando el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, pensaba ingresar a la misa tradicional. Ante este hecho, organizaciones culturales y religiosas ya habían advertido desde entonces que se evitara la politización durante las fiestas de San Juan y San Pedro que se desarrollan en esta ciudad cada año en el mes de junio.
Y es que mientras algunos trabajadores de la Alcaldía de Zamora evitaron este lunes asistir a la misa de San Pedro porque ya sabían que se preparaba una golpiza contra el gobernador, otros asistentes a la iglesia de Pacairigua se quedaron atónitos cuando comenzó el forcejeo entre personas con camisas rojas y la comitiva de Capriles, quien pasadas las 9.00 am trató de ingresar al recinto religioso de Guatire.
Contaron asistentes, que el gobernador a su entrada a la iglesia este lunes fue recibido por personas que incluso le propinaron un golpe en el pecho. Pese a ello, Capriles logró ubicarse en uno de los bancos del templo, no sin antes ser rodeado por “los camisas rojas” que no dejaban de gritarle que se fuera del lugar.
Ante las irregularidades en la ceremonia, el párroco (Carlos Frías) buscó mediar para que finalizaran los enfrentamientos violentos entre grupos políticos, pero el desdén por parte de grupos oficialistas fue más grande en su afán por evitar que Capriles permaneciera en el recinto.
Ya a la salida de Capriles, vuelve a producirse una tángana dentro de la iglesia. Funcionarios de la Gobernación fueron agredidos por los chavistas, hubo choques entre policías de Miranda y guardias nacionales, así como agresiones a representantes de los medios de comunicación.
Dijeron asistentes, que omitieron sus nombres, que el caos vivido en las fiestas religiosas de San Pedro, fue algo nunca visto durante estas festividades que tienen más de 100 años celebrándose en Guarenas y Guatire.
Las ofrendas por San Pedro no pudieron realizarse ni la alegría que imprimen las Parrandas a la misa, todo quedó envuelto en un halo de odio e intolerancia, al punto que el párroco superado por los acontecimientos, en lugar de decir “poder ir en paz”, dijo a los grupos: “váyanse de la iglesia”. También había advertido el párroco al alcalde de Zamora, Oswaldo Sifontes, que sacara a “sus buitres” de la iglesia cuando se comenzó a ver el desarrollo de la confrontación.
Dijeron asistentes, que Sifontes hizo caso omiso a esta súplica y se mantuvo cerca de la refriega, pero sin mediar para lograr la calma de tanta anarquía.
Este martes, las voces de grupos religiosos y culturales volvieron a hacerse eco en la localidad al repudiar nuevamente que se aprovechen los eventos religiosos y tradiciones, para generar altercados entre grupos oficialistas y de oposición.